¿Qué modelos de certificación de la calidad existen en el ámbito sanitario? ¿Qué criterios evalúan los diferentes modelos?
Alfonso Galiot Torres Evaluador y responsable de Calidad de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía
Seguimos con nuestro recorrido por los principales y más conocidos tipos de certificaciones a las que podría optar una organización sanitaria, que empezamos en nuestro anterior post.
Modelos específicos para el sector sanitario
Joint Commission on Accreditation of Healthcare Organizations (JCAHO)
Es un modelo procedente de Estados Unidos, que actualmente se aplica globalmente bajo la sigla de la Joint Commission International (JCI), con la finalidad de mejorar la seguridad y calidad de la atención al paciente en todo el mundo. Su propósito es ofrecer a la comunidad internacional procesos objetivos basados en estándares para la evaluación de las organizaciones sanitarias, poniendo especial énfasis en la seguridad del paciente.
Este modelo se basa en funciones clave de todas las áreas relevantes de la organización. En cada área se identifican los procesos clave y se establecen estándares de buena práctica, que constituirán la base de la acreditación.
Estándares centrados en el paciente:
- Accesibilidad y continuidad de la atención
- Derechos de la persona y de su familia
- Evaluación de la persona
- Atención y soporte a la persona
- Educación de la persona y de su familia
Estándares centrados en la organización:
- Gestión y mejora de la calidad
- Prevención y control de la infección
- Órganos de gobierno, liderazgo y decisión
- Gestión y seguridad de las instalaciones
- Formación y cualificación del personal
- Gestión de la información
En el sector sanitario, los programas de acreditación JCI se dirigen a hospitales, centros de atención ambulatoria de especialidades y centros de atención primaria, mientras que en el sector sociosanitario y social se dirige a atención domiciliaria, centros de media y larga estancia, residencias asistidas, centros de rehabilitación y centros de cuidados paliativos.
En el modelo JCI, la evaluación se realiza a través de entrevistas con el personal y los pacientes, de la observación directa de los procesos de atención al paciente, de la revisión de políticas, procedimientos y guías de práctica clínica, y de los propios resultados de las autoevaluaciones.
La acreditación de la JCI es válida durante un ciclo de 3 años, al final del cual la organización debe volver a pasar por un proceso de evaluación para tener derecho a la renovación. En este enlace podéis consultar los centros sanitarios españoles que cuentan con la certificación de la Joint Commission International.
Distintivos de calidad asistencial
Asimismo, en el ámbito asistencial existen numerosas iniciativas de certificación promovida por distintas entidades para ayudar a determinados servicios a mejorar la calidad de su atención y tratamientos en ámbitos específicos de actuación. El objetivo de estas iniciativas es utilizar el conocimiento especializado de profesionales expertos en una materia para estandarizar la atención sanitaria y extender las buenas prácticas en este campo.
Se trata de modelos centrados en los aspectos clínicos y asistenciales de determinados procesos, con un enfoque muy especializado en el campo que es objeto de cada certificación. Ejemplos de este tipo son las certificaciones de calidad de entidades como la Sociedad Española de Calidad Asistencial, la Sociedad Española de Cardiología, la Sociedad Española de Patología Digestiva, la Sociedad Española de Medicina Interna, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, entre otras, o el programa de Centros Comprometidos con la Excelencia en Cuidados BSO (Best Practice Spotlight Organization).
Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (ACSA)
El modelo de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (ACSA) se sitúa en un terreno intermedio entre la promoción de la calidad asistencial de estos últimos ejemplos y los modelos de gestión total de la calidad de organizaciones como EFQM o ISO.
Los estándares de la ACSA abordan tanto aspectos asistenciales como la dimensión transversal del soporte y la gestión, estructurándose en tres bloques:
Gestión de la organización
- Liderazgo y organización
- Gestión por procesos.
Atención centrada en el paciente
- Derechos del paciente y continuidad asistencial
- Calidad científico-técnica
Seguridad
- Seguridad del paciente
- Soporte asistencial
En la elaboración de sus estándares participan profesionales del sistema sanitario andaluz expertos en calidad y en diferentes disciplinas sanitarias, garantizando su pertinencia con la realidad de las organizaciones sanitarias a las que se dirige. Se trata en definitiva de un modelo de calidad específico para centros sanitarios y sociosanitarios, diseñado por y para equipos asistenciales. Gracias a esta peculiaridad, el modelo ACSA permite abordar directamente aspectos clínicos y de relación con el paciente, y al mismo tiempo fomenta la mejora en procesos que afectan la gestión integral de una unidad o centro sanitario.
La ACSA certifica unidades, centros y organizaciones sanitarias y de servicios sociales, tanto públicas como privadas, disponiendo, entre otros, de estándares específicos para unidades de gestión sanitaria, hospitales, laboratorios clínicos, servicios de diagnóstico por imagen, centros de transfusión, servicios de urgencias y emergencias, centros de atención temprana, residencias y servicios de día (podéis ver el listado completo en esta página).
La fase clave del proceso es la autoevaluación, considerada como el verdadero motor de la mejora. El modelo ACSA hace hincapié en la importancia de esta herramienta y ha construido todo su proceso y su sistema de certificación alrededor de ella, para ayudar a los equipos a aprovechar al máximo las oportunidades de análisis y reflexión que brinda esta fase.
La certificación de la ACSA tiene 5 años de vigencia y contempla una evaluación de seguimiento intermedia a los dos años y medio de la obtención del certificado, cuyo objetivo es comprobar que el centro mantiene en una dinámica de mejora continua de sus servicios. Podéis consultar las entidades certificadas por la ACSA en su página web.
Muchos modelos, un objetivo común
En este recorrido por los distintos modelos de certificación a los que puede optar una organización sanitaria, hemos observado similitudes y diferencias entre diferentes abordajes. Sin embargo, a pesar de las peculiaridades de cada uno, existe un hilo conductor que une todos estos modelos y que radica en el valor real de la certificación: el afán de mejora de una organización, su deseo de progresar de forma sistemática y sistémica, de descubrir sus debilidades y de solucionar sus problemas de manera sostenible y a largo plazo, con el paciente como verdadero referente de todos sus procesos.
Es por ello que cuando hablamos de una certificación quizás deberíamos huir de términos como ‘premio’, ‘galardón’ o ‘reconocimiento’, ya que los certificados que los equipos exhiben en sus centros – y de los que hablábamos al inicio del post – son mucho más que insignias conseguidas tras un trabajo bien ejecutado. Son el manifiesto del compromiso de estos equipos con la cultura de la calidad y la ética de la mejora continua. Pruebas auténticas del compromiso con el verdadero significado de la excelencia, que, como decía Aristóteles, “no es un hito, sino un hábito”.