Las infecciones en el quirófano representan el 15% de todas las infecciones provocadas en la asistencia sanitaria y el 37% de las específicas que se dan en hospitales
José Antonio Carrasco Peralta Evaluador, mentor y responsable de cualificación de evaluadores de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía
Infecciones en quirófano
Todas las intervenciones que se realizan en la asistencia sanitaria pueden tener consecuencias no esperadas o no deseadas en la persona que las recibe, en mayor o menor medida. Esto es así, y por eso es muy importante ser consciente de ello y poner todo el cuidado posible para evitar o minimizar el riesgo. Cuando la intervención además tiene un carácter invasivo, rompiendo la barrera de defensa de la piel, el riesgo de provocar un evento adverso aumenta considerablemente.
El quirófano es un escenario especialmente propicio para que las cosas se compliquen. La OMS estima que las infecciones en el quirófano suponen hasta un 15% del total provocadas en la asistencia sanitaria en general, y un 37% de las específicas que se dan en el hospital. Estas infecciones suponen un enorme problema para los pacientes (en términos de morbilidad y mortalidad) y de sostenibilidad del propio sistema sanitario (prolongación de estancia media, aumento de costes), por lo que es irrenunciable poner el foco en este tema y adoptar las medidas necesarias para minimizar su impacto. La infección quirúrgica puede tener su origen en factores intrínsecos del paciente y cirugía, y extrínsecos, del entorno quirúrgico. En este artículo vamos a centrarnos en los segundos. Vamos a ello.
Espacio físico seguro
El quirófano de hoy día ha ido evolucionando hacia la adopción de tecnologías y recursos que redundan en una cirugía más efectiva y segura. A cambio se exige un mayor esfuerzo en el mantenimiento adecuado para que todo funcione como está previsto.
Para que la bioseguridad ambiental esté garantizada, el quirófano debe cumplir una serie de condiciones recogidas por la literatura:
- humedad entre el 30 y el 70%, situándose la ideal en torno al 50%;
- temperatura entre 21 y 24 grados;
- presión diferencial entre 5 y 10 pascales, lo que permite una situación que haga de barrera de entrada a la contaminación desde salas adyacentes;
- 15/20 renovaciones del aire por hora.
Estos aspectos son proporcionados por las instalaciones de los espacios quirúrgicos, y su cuidado y seguimiento recae en las personas responsables del mantenimiento.
La monitorización de estos valores permite conocer si el quirófano está en las óptimas condiciones o si hay que tomar medidas en caso de desviación:
- diariamente a los registros de quirófano (temperatura, humedad relativa y presión diferencial entre quirófanos y áreas adyacentes);
- mensualmente a los valores de las renovaciones de aire/hora;
- periódicamente a los resultados de los controles microbiológicos realizados.
La limpieza y desinfección de las superficies es fundamental. Deben existir protocolos estrictos de higiene del quirófano, y el personal dedicado a ello debe estar bien entrenado en esos protocolos. Además, de manera periódica, se deben tomar muestras de las superficies quirúrgicas para garantizar que todo está en orden.
La información sobre estos aspectos siempre debe ser ágil y útil para los profesionales que trabajan en la asistencia sanitaria en quirófano. No solo informar de manera rutinaria sobre las adecuadas condiciones de bioseguridad sino, en aquellas situaciones en las que haya alguna amenaza, real o potencial, trasladar esta información y llegar a adoptar las medidas necesarias para minimizarla.
Factores humanos
Pero nunca debemos obviar el factor humano en esta ecuación. Si las personas que trabajan en el acto quirúrgico no actúan de manera correcta, de poco sirve el mantenimiento de instalaciones y equipos.
Tan importante como el funcionamiento de las soluciones técnicas está el adecuado uso del quirófano para minimizar el riesgo biológico. En demasiadas ocasiones se puede comprobar la adopción de malas prácticas entre los profesionales que trabajan en este espacio, por lo que es fundamental informar y sensibilizar en medidas orientadas a la disciplina en el quirófano:
- Vestimenta – Utilizar bata o pijama quirúrgico estéril, calzas o zueco específico de quirófano, gorro que cubra todo el pelo y mascarilla que tape la boca y nariz, colocada antes de entrar a quirófano;
- Higiene de manos – Realizar la higiene de manos antes y después de contactar con el paciente y su entorno;
- Circulación del personal – Limitar al máximo el número de profesionales que se encuentren en el interior del quirófano y sus movimientos, para reducir la carga bacteriana;
- Asepsia – Cumplir los protocolos de asepsia establecidos en el hospital;
- Puertas – Mantener las puertas cerradas salvo para la circulación del personal, de los pacientes y del instrumental. En estos casos, mantenerlas abiertas el menor tiempo posible;
- Guillotinas – Abrir las guillotinas únicamente en caso necesario (entrega de material);
- Esterilización – Contar con un proceso de esterilización rutinario que incluya medios para verificar la esterilidad de todos los instrumentos, dispositivos y materiales quirúrgicos. Antes de la inducción de anestesia, la enfermera u otra persona responsable de preparar las bandejas quirúrgicas debería confirmar la esterilidad del instrumental evaluando los indicadores de esterilidad y deberá comunicar cualquier problema al cirujano y al anestesista;
- Responsabilidades – Determinar un responsable que supervise las tareas de limpieza y desinfección del quirófano;
- Orden y limpieza – Mantener, durante la actividad del quirófano, el orden y la limpieza dentro de lo posible.
No cabe duda que la cirugía constituye una intervención sanitaria de primer orden si atendemos a la posibilidad de resolver o minimizar problemas de salud importantes. La evolución del quirófano ha permitido llegar a elevados niveles de eficacia y seguridad, pero no hay que relajarse y fiarlo todo a la tecnología.
Mantener las condiciones óptimas y el adecuado comportamiento está en manos de todas las personas que desarrollan su actividad asistencial en este espacio donde hay que tener una actitud proactiva y no dar nada por supuesto.
Una duda que nos ha surgido al revisar la infografía.
Dentro de los factores humanos se incluye la vestimenta *antes de entrar* a quirófano: bata o pijama *estéril* …
Consideramos que la vestimenta estéril se coloca *dentro del quirófano*, utilizando ropa limpia (no necesariamente estéril antes de entrar al mismo), acompañada de calzas, gorro y mascarilla.
Excelente artículo, pero este texto hay que repetirlo una y mil veces para que se respeten los protocolos.
El ser humano tiende a olvidar procedimientos repetitivos, haciéndolos más cortos y olvidando frecuentemente para que fueron diseñados.
De ahí, la dificultad para disminuir ese enunciado porcentaje del 15%.
Paciencia
Es cierto Carlos. Es más preciso hablar de que esa vestimenta es necesaria en el quirófano antes de iniciar la intervención.
Gracias por tu aportación